Van Gogh Museum

El Post Impressionismo y Vicent van Gogh by Juan T. Vazquez Martín

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En mis dos viajes a Holanda en el 2000 y el 2008, fui a la ciudad de Amsterdam. El primero acompañando a mi amigo el fotógrafo austríaco Rainer Reisenberger y el segundo invitado por Anita St. Claire.

Alli visité el Museo Vincent van Gogh que es un hermoso y moderno edificio diseño comisionado por el gobierno a un arquitecto holandés en 1963, terminado en 1973 y añadida un ala por un arquitecto japonés en 1999.

Ya dentro, pude ver que además de belleza arquitectonica cuenta con muchas salas con una enorme colección de importantísimas obras de Van Gogh. Esto debido en sus inicios a la dedicada gestión de Johanna van Gogh-Bonger y viuda de Theo van Gogh hermano de Vicent. Ella siempre supo que su cuñado era un genio del arte y tuvo el cuidado y la paciencia, casi detectivesca, de ir localizando obra tras obra por los Países Bajos; así hasta lograr recoger la pintura dispersa y abandonada por todos los rincones donde Vicent van Gogh viviera y pintara. Por suerte e ironía, a las personas que tenían esas obras no les importaban nada y casi le daban las gracias por llevarse, en su opinon, ‘esas telas que no valen nada’.

Así comenzó la colección que aquí les cuento.

Caminé por horas observando en detalle todo el complejo del museo, su amplísima coleccion de pinturas y dibujos; la enorme librería donde se encuentran revistas y libros relacionados con la obra de Vincent van Gogh de todos los tamaños de impecable diseño e impresión. En fin, toda una gran librería repleta de público mirando, tocando y comprando desde tazas de te, bolígrafos, reproducciones de sus pinturas de todos los tamaños, llaveros, etc. Una gran industria al servicio de la obra de Vincent van Gogh.

Cerca de la librería dentro del edificio hay una cafetería desde la cual sentado puedes ver los jardines aledaños y el parque detrás del museo. Una cafetería con alimentos ligeros pero deliciosos. Un momento para descansar los pies, mitigar la sed y el hambre que tanto arte dan, reflexionar sobre lo visto y luego continuar.

El edificio cuenta además con salas de conferencias, oficinas de administracion, departamento de restauracion, biblioteca, etc. A mi me gustó una sala en la cual hay varias pantallas de computadoras con su teclado y mouse para buscar mas informacion sobre la breve vida del pintor y su numerosa obra.

Realmente puedo confesar que salí de allí muy emocionado y triste. Empecé a caminar por los alrededores del museo, por el parque, con la vana ilusión de encontrarme con el espíritu de Vincent van Gogh. Entre tantas cosas que deseaba decirle estaba:

“¡Ay mi Dios Vicente! ¡Que fabulosa colección de obras tienes! Hechas nada más que en 10 años. Mira cuánto es el costo para entrar a tu museo. Cómo vienen personas de todo el mundo, incluyendo niños y ancianos para deleitarse con tu obra en vivo como tú la creaste. Mira como hay especialistas trabajando en tu museo que ganan salarios altísimos así como custodios y asistentes de limpieza, curadores, empleados admistrativos, informaticos, etc; y una industria poligráfica que crea empleo para mucha gente más.

¡Y pensar que nunca vendiste un cuadro cuando estabas vivo! Que vivias gracias a la ayuda de tu hermano Theo que no sólo te quería sino que sabía bien de tu talento de pintor.

A partir de tu obra se ha costruído una economía para todas estas personas que trabajan para el museo Vincent van Gogh”

Pero no lo encontré. Aunque sabía que él tenía que estar por ahi. Sentía su presencia. Estuve mucho rato dando vueltas por todo el parque hasta que cayó la tarde y regresé a casa de mi querida amiga Anita

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